“Reyes insiste en revisar de manera sistemática los libros o folletos que fue escribiendo en México en tiempos de tranquilidad o en tiempos turbulentos; lo hace ‘por escrúpulo bibliográfico’, pero le es posible no recordar[…] los acontecimientos que lo llevaron al exilio y ensangrentaron al país, empezando por las muertes de su padre, de Madero y Pino Suárez […] Reyes es un copista de su propia vida, un obseso de sí mismo y de su obra: al demostrar la preeminencia de la labor escrituraria como su directiva vital, Reyes la elige como la única posibilidad que posee para volverse inmortal”
¿Quién serías tú sin memoria? ¿cómo sabrías quién eres, sino reconocieras tu casa, tu familia, tus amigos, tus gustos? La memoria es la depositaria de nuestra identidad. En ella reside lo que somos, y es por su existencia que cada persona resulta ser algo único. Alfonso Reyes nos comparte su memoria; salpicada de ingenio y buen humor, de nostalgia y anécdotas curiosas, nos narra su vida y la vida de México a un tiempo y varias letras.
“Reyes insiste en revisar de manera sistemática los libros o folletos que fue escribiendo en México en tiempos de tranquilidad o en tiempos turbulentos; lo hace ‘por escrúpulo bibliográfico’, pero le es posible no recordar[…] los acontecimientos que lo llevaron al exilio y ensangrentaron al país, empezando por las muertes de su padre, de Madero y Pino Suárez […] Reyes es un copista de su propia vida, un obseso de sí mismo y de su obra: al demostrar la preeminencia de la labor escrituraria como su directiva vital, Reyes la elige como la única posibilidad que posee para volverse inmortal”
