La naturaleza
cambiante de la enseñanza
Las diversas reformas
educativas hacen cada vez mayor énfasis en que la manera tradicional
de transmitir el conocimiento del profesor al alumno ya no basta
para educar a la sociedad. Enseñar a los estudiantes a desarrollar
activamente el aprendizaje, a evaluar información y evidencias,
y prepararlos para tomar decisiones fundamentadas, requiere modelar
todo un proceso que los motive a practicarlo, tomando en cuenta
los intereses no sólo de los estudiantes sino también de los profesores.
Parker Palmer (1997) señala que el profesor mismo se conduce en
el proceso de enseñanza, igual que los estudiantes se conducen
por el proceso de aprendizaje; él
apunta que una de las dificultades reales acerca de la enseñanza
es que "ésta nunca tendrá lugar a menos que se conecte con aspectos
esenciales de la vida de nuestros estudiantes" (p. 20). Las tendencias
en la educación profesional en los Estados Unidos sugieren algunas
modificaciones en cuanto al papel del profesor en el salón de
clases, para desplazarlo de ser el proveedor de información, a
ser un facilitador de aprendizaje (Barr & Tagg, 1995).
Bajo este concepto de enseñanza efectiva, los estudiantes -- con
la guía del profesor -- descubren y aprenden por sí mismos, convirtiéndose
en miembros de comunidades de aprendizaje, que van haciendo descubrimientos
y resolviendo problemas.
La colaboración, el
compromiso activo y la inclusión caracterizan estos enfoques educativos.
La interacción se da entre maestros y alumnos tanto como entre
los alumnos y sus propios compañeros. La tradicional delimitación
entre el papel, responsabilidad y actividades de los maestros
y las de los estudiantes llegan a integrarse, si no es que eliminadas
por completo. Esta colaboración tiene lugar en las comunidades
de aprendizaje donde los estudiantes se respetan unos a otros
y trabajan hacia objetivos comunes para el éxito de todos. La
participación activa implica aportar las experiencias personales
al aprendizaje, y estar dispuesto a ampliarlo, integrando nuevas
perspectivas al pensamiento propio, aplicándolo a la propia vida.
Estas formas de enseñanza son incluyentes, porque atraen todas
las experiencias e ideas de los estudiantes, hacia la interacción
para el aprendizaje. La tendencia hacia este tipo de enseñanza
no consiste en tiene que ver con un método en particular sino
con la manera en que el educador asume el conocimiento, la autoridad,
y la capacidad del estudiante. Estas tendencias nos llevan hacia
una nueva cultura de la enseñanza y el aprendizaje (Hutchings,
1997).
http://www.acpa.nche.edu/seniorscholars/trends/trends4.htm
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