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En
el contexto actual de cambios que se producen en el ámbito
de la educación superior, el aprendizaje es visto como
un proceso activo en el cual los estudiantes construyen significados
a partir de sus experiencias previas. Tal perspectiva demanda
un cambio en las estrategias de enseñanza y, por tanto,
también en las estrategias de evaluación del aprendizaje,
de modo que reflejen la naturaleza dinámica del conocimiento,
así como la participación activa del alumnado en
este proceso.
Así,
es preciso partir de una noción alternativa de evaluación
que, a diferencia de la noción tradicional, no considere
a este proceso como de dominio casi absoluto del profesorado,
sino que valore y posibilite la participación de los estudiantes
para obtener información y para reflexionar acerca de su
propio desempeño (autoevaluación), así como
proporcionar información a sus compañeros cuando
realizan alguna actividad de carácter colaborativo (co-evaluación).
De esta manera, los estudiantes pueden llevar a cabo acciones
correctivas en pro de su desempeño.
La
auto-evaluación refiere a la implicación del alumnado
en elaboración de juicios acerca de su propio aprendizaje,
particularmente acerca de sus logros y resultados.
La
co-evaluación puede ser entendida de dos maneras complementarias
entre sí:
"Llevo
a cabo procesos de auto-evaluaciones para evaluar el aprendizaje
de los alumnos en cada período parcial. Para ello,
en diferentes clases manejo "tarjetas de auto-evaluación".
(Comentario de profesor) |
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La evaluación que llevan a cabo los estudiantes con relación
al desempeño de sus compañeros, y
- La
evaluación en la cual si bien los estudiantes tienen
injerencia, el profesorado conserva el control sobre la evaluación
final.
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La
auto-evaluación y la co-evaluación, son
enfoques esenciales en la noción de evaluación alternativa.
No constituyen nuevas técnicas de evaluación, sino
formas o enfoques desde la cual se busca incrementar el rol del
estudiante como participante activo en el proceso de aprendizaje |