Actualmente,
profesorado y estudiantes de la universidad vivimos en una sociedad
que cambia muy rápidamente. Nos enfrentamos a una dinámica
en la que los conocimientos de las diferentes áreas del
saber evolucionan aceleradamente; constantemente nos llegan
nuevas informaciones, a través de medios de comunicación
que también se hallan en constante cambio.
Esta
situación ha provocado que las instituciones de educación
superior se planteen un cuestionamiento de trascendental importancia:
¿qué características ha de tener la enseñanza
universitaria para que sus estudiantes y su profesorado puedan
situarse en forma consciente, creativa y también crítica
en esta dinámica tan vertiginosa como compleja?
En
respuesta a este cuestionamiento, a finales del siglo XX, muchas
universidades redefinen su misión institucional y se
comprometen a brindar más que una formación técnica
a sus estudiantes, se comprometen a generar procesos de formación
permanente, de una formación para toda la vida.
Ello
trae como consecuencia, la necesidad de hacer transformaciones
en los procesos didácticos, de generar enfoques educativos
innovadores centrados en el estudiante y su aprendizaje, centrados
en los procesos de construcción de conocimientos y no
tanto en su transmisión; de aprovechar los beneficios
que brindan las nuevas tecnologías de información.
En
este contexto de transformaciones, el establecimiento de redes
y alianzas entre diversas universidades constituye un factor
importante. Así por ejemplo, en el ámbito de la
formación del profesorado, los programas de intercambio
de docentes y el establecimiento de vínculos institucionales
para promover la cooperación intelectual, científica
y pedagógica se convierten en componentes clave de los
sistemas de enseñanza superior.
Congruente
con esta situación, en 1996, el Tec de Monterrey redefine
su misión institucional y, en consecuencia, la construcción
de un nuevo modelo educativo. A lo largo de este proceso, opta
por la incorporación a su proceso de enseñanza-aprendizaje
de enfoques educativos innovadores, tales como: el aprendizaje
colaborativo, el aprendizaje basado en problemas, el método
del caso y el aprendizaje orientado a proyectos.
Con
base en la premisa de que uno de los factores de éxito
en este proceso de cambio descansa en la formación pedagógica
de su profesorado, en el verano del año 2000, el Tec
de Monterrey fortalece el establecimiento de redes colaborativas
y alianzas con universidades afines en cuanto a su misión
y sus innovadores enfoques educativos. De este modo, se encamina
a la consolidación de su propio modelo educativo.
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"En
un mundo en rápido cambio, se percibe la necesidad
de una nueva visión y un nuevo modelo de enseñanza
superior, que debería estar centrado en el estudiante,
lo cual exige, en la mayoría de los países,
reformas en profundidad (
)."
(UNESCO, 1998).
"Los
principios de la cooperación internacional fundada
en la solidaridad, el reconocimiento y el apoyo mutuo,
una auténtica asociación que redunde, de
modo equitativo, en beneficio de todos los interesados
y la importancia de poner en común los conocimientos
teóricos y prácticos a nivel internacional
deberían regir las relaciones entre las instituciones
de enseñzan superior en los países desarrollados
y en desarrollo, (
)."
(UNESCO, 1998).
Más
información: UNESCO (1998). Declaración
mundial sobre la educación superior en el siglo
XXI: Visión y acción.
http://www.unesco.org
/education/educprog
/wche/declaration_spa.htm
El
interés creciente y la revalorización del
concepto de aprendizaje para toda la vida es uno de los
sucesos más importantes ocurrido en la historia
de la educación superior en la segunda mitad del
siglo XX.
El Dr. Carlos Tünnermann Bernheim, consejero del
Director General de la UNESCO para América Latina,
plantea qué se entiende por educación para
toda la vida, así como cuáles son sus repercusiones
para la educación superior del siglo XXI.
http://unesdoc.unesco.org
/images
/0012/001204/120441so.pdf
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