Categoría A: Alumnos de Preparatoria
Primer Lugar

 

"Ciudades"

Sergio David Lara Castañeda
Campus Cuernavaca

 

A la muerte 

 Porque me olvidó.

Miércoles 19 de octubre de 2008

El viento resquebraja tus paredes,
Tus campos repletos de flores amarillas
Danzan como si te rindieran tributo,
Tus calles casi siempre desoladas
Hoy se encuentran repletas de murmullos
Que se desprenden del suelo de ladrillo
Ardiendo de tanto sol
Y de tanta muerte,
En ti no quedan nada sino recuerdos
Porque es el ayer el que te habita,
Mi sombra no se hará tuya hasta que sea pasada,
Y el sol te cubrirá con esplendor
Sólo cuando no quede nadie para verte,
Porque tus puertas se caen y están podridas,
Porque tus ojos son un zócalo
Que se cae eternamente,
Hasta el suspiro,
Hasta la nada abarrotada en el vestíbulo de tu sexo.

Un par de palabras
Se sientan en una banca
Cubierta de excremento de pájaro,
Y se besan olvidando que nadie los observa.
Un árbol se desprende del iris de tus ojos
Y en la copa brillante yo te observo,
Una enorme ciudad cubierta de polvo,
¿Qué eres para mí sino olvido?


Balcones 

A tus ojos, por donde se asoma el mundo.
A Cuernavaca, por tanto tiempo

Miércoles 5 de noviembre de 2008

Abres con esfuerzo
Aquellas puertas olvidadas,
Observas la magnificencia de la ciudad,
Parece un pequeño pueblo ante tus ojos.
Un joven pálido
Con unos pequeños shorts floreados
Atraviesa la calle tomando cientos de fotos.
Detrás de él,
Una procesión de jóvenes amantes
Caminan tomados de la mano,
Mientras sus cabellos se agitan
Por una brisa que viene
De la última colisión entre sus labios.
Recuerdas cuando eran los tuyos
Los que golpeaban retadores,
Los que besaban con ternura,
Y a pesar de la tristeza sigues observando,
Si alguien te viera
Diría que eres un monumento,
Una estatua sin nombre
Que lleva siglos oxidándose de anhelo.
Escuchas a lo lejos
Los primeros compases
Que se desprenden de una trompeta
Acompañados por el ya añejo
Grito de protesta que abarrota
Tus palacios,
Tus ojos se distraen
Porque han visto, justo debajo de tu balcón,
Una joven parecida a ti hace 15 años,
Lleva puesto un vestido de manta,
Sus pies son cubiertos por unas sandalias
De aquellas que comprabas por docena,
Como si fueran rosas,
Sus ojos están llenos de esperanza,
Demasiada belleza,
Demasiada melancolía,
Forzando la vista dejas de verla
Y posas la mirada en una banca vacía,
Parece que estuviera poseída,
Que dentro de ese vacío
Habitaran mil cuerpos.
Piensas en las historias de esos cuerpos
Y en las historias que tú también dejaste,
Fluyes con el aire y acaricias
Todos aquellos puestos de comida barata,
Donde fácilmente se puede perder la vida.
Mis brazos te rodean y recuerdas
Que dentro,
En esta habitación
Te queda una ciudad por construir.


Extranjero

Miércoles 19 de noviembre de 2008

Uno a uno
Pequeños fragmentos
De tus labios,
Surcan el espacio
Y caen sobre los techos
Repletos de flores,
La gente recorre pasillos
Que llegan hasta tus ojos
Y desaparecen,
Una niña va dando saltos
Mientras tararea una canción,
Hasta llegar a un columpio
Que cuelga de tus pestañas,
En el centro de tu cuerpo
Se levanta una escultura gris
De algún héroe sin nombre,
Retumban en paredes de hueso
Los gritos de una mujer
Que añora los calores de tus tardes.
Dos amantes se besan en tus callejones,
Y tu lengua en su caudal
Recorre de extremo a extremo los jardines eternos,
¿Cuánta gente murió ahogada en tus labios?
Un sonoro murmullo se escucha en la lejanía,
Un joven perdido ha llegado a la ciudad.


S. 

A C. Castañeda

Martes 18 de noviembre de 2008

Cada paso que das
Retumba en el suelo de cemento
Y crea olas en el vacío
Que llegan hasta tu cuerpo y se desvanecen,
Cada respirar agitado
Sopla las copas caídas
De los árboles,
Cada instante y cada golpe,
Todo gira en estas calles vacías.

Dentro de tu cuarto
Habita un monstruo indomable,
La ciudad te muestra sus luces rojas y verdes
Y tú lloras al pie de una iglesia que te condena.

En el centro, una antorcha
Resplandece y su humo distraído
Te sofoca,
Las noches tienen un sabor a salitre
Que sólo se borra
Con sus labios,
Tu corazón se agita
Y sientes un espeso líquido correr por tus venas,
Escuchas a lo lejos
El murmullo de la gente que viene a visitarte,
Hoy eres un nombre en una página olvidada.
La ciudad está entumida de tristeza,
Y las rocas de tus cementerios
Se resquebrajan y decoloran
Y no queda más de aquellas luces parpadeantes,
Sólo murmullos y recuerdos,
Y un café sin nombre
Donde encontraste la vida.

Un puesto de revistas se perfila ante la nada
Y un viejo ojea el periódico de ayer;
Las escuelas cierran sus puertas
Porque tus manos golpean
Todo lo que conocen
Y ante aquellos muros de ladrillo
Que queman,
Tus puños cerrados y ensangrentados
Se rinden
Y ofrecen elaboradas disculpas
Porque saben que mañana
Te encontrarán sin fuerzas
Tirado cerca de algún acantilado
Justo al borde del precipicio
Deseando que aquella ciudad
Te recoja con sus dedos finos
Y se desvanezca.


Zócalo

De un zócalo sin edificar, de marchas y soledades.

19 de septiembre de 2008

Bajo una roca labrada
Reposo mi cuerpo
Amarillo y cansado,
De 16 hilos que me tejen
De flores multicolores en el pecho.
En el centro de una plaza vacía
Un eco de silencio
Brotando de una fuente
De cantera vieja.
Las palomas
Se posan en el monumento sin visitas
Que mi cuerpo representa,
Ancianos de pasos parsimoniosos
Dibujan grafitis cerca de mi sexo
Mientras el musgo del olvido
Crece amontonado entre mis pies.
Tus ojos se clarifican
Y resbalan en las calles con amantes
Diminutas suegras-cazadoras.
Un joven de espíritu rebelde
Acaricia las hojas de un libro viejo con los dedos,
Y al pasarlas
En una ceremonia lúgubre
Va escribiendo con los ojos
Historias desdichas en el azul marino del cielo
Sin sol.
Una pared de ladrillos despostillados
Se abalanza hacia la nada,
Mientras una flor violeta
Cae en torbellinos hacia el suelo
Cubierto de polvo,
Parece que nadie nota el resplandor de tus ojos
En aquel cuarto blanco
Muy lejos de aquí