Categoría: Alumnos de posgrado, profesores y empleados

Primer lugar

 

"Crónica histórica de los rinocerontes"

Ernesto Cortés Medina
Campus Colima

 

I: Donde se presenta
Desde Plinio el Viejo hasta Salvador Dalí, el rinoceronte es una bestia que ha inspirado los más variados sentimientos a lo largo de la historia escrita. Poetas, monarcas, viajeros, modistos, políticos, y sociedades enteras se han visto influenciadas, de una u otra manera, por estos nobles gigantes, que han pasado a lo largo de los siglos de atracción exótica a líderes políticos que ganan votos y dirigen partidos.
Antes de narrar su historia, una pequeña ficha técnica: mamíferos, del orden Perissodactila, existen en la actualidad cinco especies de rinocerontes: el blanco, el negro, el de Java, el de Sumatra y el de La India. Son herbívoros, y llegan a medir 4 metros de longitud por 2 de altura. Pesan alrededor de una tonelada y media, lo que no les impide alcanzar, en situaciones de peligro, velocidades de hasta 45 km/h. Los hay de uno y de dos cuernos. Están en peligro de extinción.

II: Primeras impresiones
La primera aparición de los rinocerontes en la historia escrita se remonta al siglo V a.C., cuando el medico griego Ctesias, sirviendo en la corte persa, describió una bestia que tenia "una cabeza púrpura y un cuerno en la frente", y que podía ser encontrada en La India. Se considera que el primer europeo que vio un rinoceronte fue Julius Maternus, un notable explorador romano del tercer siglo a.C., quien cruzó el desierto del Sahara y exploró la región alrededor del Lago Chad, entonces refugio natural de estos animales.
En el año 11 a.C., el emperador romano Augusto recibió un rinoceronte como regalo de un  sultán hindú, lo que motivo que pronto los romanos iniciaran expediciones al África Occidental con la finalidad de capturar ejemplares para exhibirlos (y enfrentarlos a humanos o a otras bestias) en las arenas. Sin embargo, con la caída del imperio, los rinocerontes desaparecieron de Europa, trayendo como consecuencia que durante la Edad Media los historiadores hicieran vagas y distorsionadas alusiones al animal, combinándolas a veces con el mito del unicornio, y fomentando la creencia de que el cuerno de unicornio (o de rinoceronte) tenía propiedades de antídoto, curativas y afrodisíacas. Para alimentar aun más el mito, en 1298, el explorador veneciano Marco Polo describió un rinoceronte de Sumatra, que encontró en uno de sus viajes al este de Asia, señalándolo como un ejemplar de unicornio.

III: El de Durero
El 22 de mayo de 1515, un rinoceronte hindú, procedente del lejano oriente, desembarcó en el puerto de Lisboa, tras un viaje de 120 días. Era un regalo del sultán Muzafar II, gobernante de Cambay (hoy Gujarat) a Alfonso de Albuquerque, gobernador de la India Portuguesa, quien a su vez decidió regalárselo al rey Manuel I, de Portugal. Era la primera vez que un rinoceronte pisaba tierra europea en más de mil años, y la llegada del animal causó sensación. El rey Manuel I arregló una pelea entre su rinoceronte y un elefante joven de su zoológico privado, para probar la aseveración del historiador Plinio el Viejo de que estas dos bestias eran enemigos mortales. El rinoceronte avanzó lenta y amenazadoramente hacia el elefante que, asustado por la turba ruidosa que se había reunido para contemplar el espectáculo, huyó antes de que un solo golpe fuera intercambiado.
Complacido con su animal, el rey decidió, a su vez, regalárselo al Papa León X. Su intención era mantener el favor papal para seguir disfrutando de la posesión exclusiva de las tierras que se habían estado explorando en el Oriente desde que Vasco da Gama dobló por primera vez el Cabo de Buena Esperanza en 1498. El año anterior, el rey Manuel I había obsequiado al papa un elefante blanco, mismo que el pontífice había recibido con agrado y al cual había dado el nombre de Hanno. El rinoceronte, pues, fue embarcado en diciembre de 1515 junto con otros regalos exóticos rumbo a Roma. Durante el viaje, el rey  Francisco I de Francia pudo admirar al animal a su paso por Marsella. Sin embargo, al pasar frente a las costas de Liguria, en Italia, una tormenta hizo naufragar el barco y, encadenada, la infortunada bestia no pudo nadar y murió ahogada. Su cadáver fue recuperado en la costa y el cuero enviado a Lisboa, donde fue disecado y rellenado con paja, para ser nuevamente enviado a Roma, a donde arribó en febrero de 1516. Rafael y Giovanni da Udine pintaron al rinoceronte, que a pesar de su
exotismo, no tuvo el mismo éxito que en Lisboa.
Fue a partir de la descripción de un testigo portugués, y de un rudimentario dibujo realizado por un artista anónimo, que Alberto Durero realizó su famoso grabado Rinoceronte, en 1515. A pesar de las inexactitudes anatómicas que presentaba, este grabado fue considerado la representación gráfica fiel de un rinoceronte durante un par de siglos en Europa, siendo la única referencia disponible para los estudiosos de zoología. De hecho, a este primer ejemplar de rinoceronte en Europa en la historia moderna se le conoce como "El rinoceronte de Durero".
Con el tiempo, el rinoceronte de Durero fue desplazado por las representaciones gráficas de Clara, la rinoceronta que recorrió Europa durante 17 años del siglo XVIII.

IV: À la Rinhoceros
Clara llegó a Rotterdam, proveniente de Bengala, el 22 de julio de 1741. Recorrió Holanda, Alemania, Austria, Suiza, Polonia, Francia, Italia e Inglaterra. Fue vista por los respectivos reyes, y pasó cuatro meses en Paris, más específicamente en el Palacio de Versalles, donde el rey Luis XV la recibió. Durante su estancia en Francia, Clara fue inspiración para canciones, poemas e infinidad de pinturas. Fue incluida en la Enciclopedia de Diderot, y tuvo su influencia en la moda: las pelucas à la rhinoceros. Clara también fue la iniciadora de la producción de souvenirs en masa: pequeñas pinturas representando a la rinoceronta se vendían por millares en cada ciudad que pisaba.
Clara fue la atracción principal del Carnaval de Venecia en 1751, durante su tour por Italia, que incluyó además las ciudades de Roma, Verona, Bologna y Milán. Al final de ese año, viajó por segunda vez a Inglaterra, donde fue admirada por la familia real. Posteriormente volvió al continente para recorrer Praga, Varsovia, Cracovia, Breslau y Copenhague, desde donde fue embarcada nuevamente rumbo a Londres, ciudad en que murió el 14 de abril de 1758.

V: Leyendas, milagros
El rinoceronte puede nadar. Si el Rinoceronte de Durero murió durante una tormenta en las costas italianas antes de ser entregado al Papa León X, fue porque —dicen unos— el animal estaba encadenado a la cubierta para evitar que destruyera el barco. Otros cuentan que fue solo el rinoceronte el que cayó al agua, que no hubo tal tormenta, que los marinos tuvieron que inventarse la historia del naufragio y destruir el barco ellos mismos y desaparecer y fingirse tragados por el mar, tan grande iba a ser la ira papal.
El rinoceronte vive alrededor de 50 años en condiciones salvajes. Su periodo de gestación es de 16 meses. Se le han colgado milagros, maldades y peculiaridades. Además de haber sido usados por reyes medievales para detectar la presencia de venenos en las bebidas, a los cuernos de rinoceronte se les atribuye, sobre todo en la medicina china, propiedades para curar prácticamente cualquier enfermedad. De ahí que se les siga cazando de manera ilegal. En Tailandia hay leyendas de rinocerontes apagando fuegos a pisotones. Sin embargo, no hay pruebas modernas que avalen tal creencia.
En julio de 1898, la ciudad de Detroit recibió el Wormwood's Monkey Theatre and Trained Animal Exhibition, un espectáculo de pequeña monta que, sin embargo, tenía por atracción principal a Princesa Agwan, una rinoceronta entrenada. Los rinocerontes comenzaban su incursión en las artes. No tardarían mucho en hacer su entrada en el mundo de la política.

VI: Al teatro
Eugène Ionesco, el dramaturgo rumano, publicó en 1956 una obra inscrita dentro de la línea del teatro del absurdo llamada Rinocerontes. En la primera página, al final de la lista describiendo los personajes, se lee "Y varias cabezas de rinoceronte". Conforme la obra avanza, los personajes, ciudadanos comunes de una pequeña población francesa, se van convirtiendo en rinocerontes como parte de una inexplicable epidemia. La obra, con un trasfondo político antifascista, y haciendo de los rinocerontes convertidos la metáfora del conformismo y la abulia de una sociedad, causó sensación y estupor. Los rinocerontes tomaban la escena. Y no tardarían sus barritos en llegar lejos.

VII: Rinos polacos

Cacareco, un rinoceronte del zoológico de São Paulo, Brasil, fue postulado candidato a las elecciones para la alcaldía que se celebraron el 4 de octubre de 1958, como una manera de protestar contra la corrupción del gobierno brasileño y la poca confianza que se tenía en el sistema electoral. Como era de esperarse, su candidatura no fue aceptada por los órganos oficiales. Sin embargo, Cacareco obtuvo 100,000 votos: más que cualquier otro partido en esa elección. Cacareco nunca asumió el puesto de alcalde, pero acuñó una expresión: el voto cacareco, el voto absurdo a modo de protesta.
Inspirado en la obra de Ionesco y exaltado por los sucesos de Brasil, así como los de su realidad en Quebec, el autor separatista Jacques Ferron fundó, en 1963, el Parti Rhinoceros (Partido Rinoceronte), que fue registrado formalmente y que durante 30 años mantuvo presencia en la escena política canadiense, bajo el liderazgo nominal de Cornelius I, un rinoceronte del zoológico de Granby, Québec, supuestamente heredero espiritual de Cacareco. El partido era una broma, y aunque algunos candidatos en ocasiones estuvieron a punto de ganar, la principal premisa del partido era que si, por azares del destino alguna vez llegaran a triunfar, incumplirían todas sus promesas de campaña y convocarían a nuevas elecciones.
El Partido Rinoceronte obtuvo varios segundos lugares en elecciones locales, aunque nunca un asiento en el parlamento. Incluso, llegaron a obtener segundo y tercer lugar en una misma contienda, ya que en ocasiones presentaban varios candidatos para el mismo puesto de elección popular. La plataforma del partido estaba basada en el absurdo y el humor. Sus propuestas:  derogar la ley de la gravedad; reducir la velocidad de la luz; anexar a los Estados Unidos como un territorio canadiense con el fin de aumentar en un grado centígrado la temperatura media de Canadá; cambiar, de manera gradual, el sentido de circulación del trafico para adaptarlo al sistema ingles, de manera que durante el primer año solamente los autobuses escolares y los camiones de carga conducirían por la izquierda, mientras que al segundo año se integrarían todos los demás vehículos; construir aceras peatonales de goma, para que los borrachos al caer no resultaran lastimados de gravedad; acabar con el crimen, aboliendo todas las leyes; convertir al chicle bomba en la moneda nacional, de manera que pudiera controlarse la inflación y la deflación; poner esteroides en el agua para que los canadienses crecieran más altos y fuertes y, finalmente (pero no únicamente), prohibir los aburridos inviernos canadienses.
El Partido Rinoceronte declaró la guerra a Bélgica, como respuesta a que Tintín, un famoso personaje de cómic belga, mataba a un rinoceronte en una historieta. Los rinocerontes ofrecieron retractarse de la declaración de guerra si Bruselas les regalaba una caja de cerveza belga. Insólitamente, la embajada de Bélgica en Canadá hizo entrega de una caja de cervezas en el cuartel general del partido, en Montreal, con lo que quedó zanjado el conflicto. El disparate fue llevado hasta sus consecuencias más elevadas: en las elecciones federales de 1980: el candidato a primer ministro de los rinocerontes obtuvo el quinto lugar, con 62,623 votos. En 1984, fueron la cuarta fuerza política del país, con 99,178 votos.
El Partido Rinoceronte tuvo que ser disuelto en 1993, cuando un cambio en las leyes electorales canadienses les impidió seguir postulando candidatos. Sin embargo, no todos sus miembros se fueron a descansar. Algunos fundaron otros movimientos políticos de broma que, ya sin validez electoral siguen dando guerra y reclutando adeptos. El más famoso en Canadá es el Movement des Entartistes, que se dedica a atacar a pastelazos a figuras prominentes de la política nacional, llegando a empastelar exitosamente al ahora ex primer ministro Jean Chretien y a varios premiers (gobernadores) de las provincias. En 1998, los ex rinocerontes empastelaron a Sylvester Stallone a su paso por Canadá en una gira publicitaria. Aseguran que tienen en la mira a George W. Bush y a la reina Isabel II de Inglaterra.

VIII: Mole
En Puerto Banús, España, hay una escultura de 3, 600 kilos de peso que fue develada hace tres años. Es un rinoceronte gigante, colosal, obra de Salvador Dalí. La creó después de haber terminado, en 1954, su película surrealista La aventura prodigiosa de la encajera y el rinoceronte. Para Dalí, el cuerno de rinoceronte era la figura orgánica perfecta. El pintor quedó seducido por el algoritmo matemático que determina su forma y tamaño, y lo utilizó en varios de sus trabajos como un elemento para descomponer imágenes y reinterpretar la realidad visual. Una de los mejores ejemplos de esto es  su obra Estudio crítico-paranoico de La encajera de Vermeer, en la que una confluencia verdaderamente paranoica de cuernos de rinoceronte le da forma a la Encajera, desmenuzada de ella misma.

IX: Noche
Varias especies de rinoceronte han desaparecido. De las cinco existentes, dos están en peligro de extinción, y su futuro no se ve muy prometedor. El rinoceronte lanudo (Coelodonta antiquitatis) se extinguió en una época geológicamente reciente: todavía correteaban por Ucrania en el 8, 000 a.C. En 2004, la rinoceronta Lulu, del zoológico de Budapest, concibió el primer rinoceronte por inseminación artificial registrado en el mundo. Tras 16 meses de gestación monitoreada constantemente, el feto de rinoceronte murió, 12 horas antes de ser parido, el 9 de agosto del 2005. Los científicos aseguraron que lo volverían a intentar, y por eso en este preciso instante una rinoceronta en algún zoológico del mundo mastica su alfalfa mientras piensa por qué habrá soñado con el mar, si nunca lo ha visto.